miércoles, 3 de octubre de 2012

Castro y el Monte de la Salvación

Por Xentor Xentinel


Era el 21 de Septiembre del 2012... Un día trascendental. Por la mañana, se iba a producir el primer Encuentro Oficial del Recorrido de la Gran Mujer en el Lago Puelo, Argentina, ubicado en las mismas latitudes que Chiloé.

Mientras Matías y el Grupo Harwitum allá reunido, comenzaba su trabajo de Activación del Chakra Base de la Gran Mujer del Cono Sur, a mí me tocaba estar ese día en mi propia ciudad, Castro —Chakra Corazón de la Isla Grande de Chiloé, este pequeño fractal isleño del Planeta—, en el contexto de mi propio recorrido personal.

Por si fuera poco, los Misioneros Rahma esperaban para el mismo día, un Evento Cósmico de gran magnitud. Tanto en Mensajes Psicográficos, como en posteriores Encuentros Físicos para confirmar dichos Mensajes, habían recibido la información de que al anochecer del 21 de Septiembre, «cuando las estrellas comiencen a aparecer en el cielo», se produciría un Pliegue Cósmico en el Monte Sajama, en Bolivia, que conectaría dos realidades.

Según la información recibida por los miembros de Misión Rahma, hace miles de años —personalmente, pienso que deberíamos hablar de MILLONES de años—, 32 Maestros Cósmicos llegaron a la Tierra en una Gran Nave Blanca con forma piramidal o de campana, trayendo consigo el Cristal del Génesis (al que a mí me gusta llamar Cristal de Anrrom, por la Profecía de Anrrom, o del «Día de la Gran Luz» en la Tierra, a la que está asociado), el más grande y poderoso de la Constelación de Orión, y de este Sector Galáctico.

La Nave Blanca habría aterrizado en lo que hoy es el Desierto del Gobi, desde donde los Maestros, además de fundar la Hermandad Blanca de la Tierra, habrían dado origen a la Civilización Intraterrestre que hoy se extendería por buena parte de la corteza terrestre.

Luego, los Maestros ingresaron en Cámaras de Animación Suspendida, dentro de la Nave, para conservar sus cuerpos físicos hasta hoy, aunque son capaces de salir en Cuerpo Astral, para moverse y actuar en la Cuarta Dimensión.

Con el tiempo, la Nave Blanca habría sido trasladada, junto con el Gran Cristal en su interior, hacia el interior del Monte Beluja, la cumbre más alta de las Montañas Doradas de Altai, ubicado en la frontera entre Rusia y Kazajistán. Más recientemente, el 8 de Agosto, la Gran Nave habría sido trasladada al Monte Sajama, en espera de este Evento Cósmico.

De este modo, el 21 de Septiembre, según la información recibida por los Rahma, el Maestro Jesús —quien habría sido llevado en una Nave de la Federación Galáctica hace casi 2.000 años—, haría aparición en el Monte Sajama, sin dejar el lugar en donde se encontraba ahora, haciendo uso de este Pliegue Cósmico, para despertar, transformar y llevarse consigo a los 32 Maestros, junto al Gran Cristal.

El Mensajero de la Nueva Era Drunvalo Melchizedek afirma que, a partir del 4 de Mayo de 1991 —el día en que cumplí 15 años—, los Maestros de la Hermandad Blanca están abandonando el Planeta en grupos de 32. Ahora, iba a partir nada menos que el grupo original de 32 Maestros que llegó a la Tierra.

Sin duda, iba a ser un día importante en la Historia de la Tierra, aunque la mayor parte de la Humanidad no se percate de ello en el momento.


LA FUENTE DE LA PINCOYA

Pensaba llevar una de las botellitas con el agua y piedras tomadas junto a la Cueva de la Pincoya el día anterior, para depositar su contenido en la Fuente de la Pincoya, monumento inaugurado este año en la Plaza de Armas de Castro el 5 de Junio, el mismo día en que se producía el Tránsito de Venus frente al Sol, cosa que sólo ocurre dos veces cada Siglo, y ya se había producido el 2004. Venus, Planeta de la Diosa, de la Energía Femenina.

Pensé que la hora ideal para hacer esto sería a las 16:16, ya que el 16 era un número sagrado para los antiguos indígenas de Chiloé (por ser 4 veces 4, otro número sagrado), y además por ser el doble de 8, número de Venus.

A las 16 Hrs salí de donde estaba, para encaminarme hacia la plaza. Por desgracia, tarde me di cuenta que tampoco podría sacar fotografías de este momento: Esta vez me había asegurado de traer la cámara digital, pero lamentablemente, había olvidado ponerle el chip; de modo que acompaño estas líneas con fotos de la fuente tomadas dos días después.

Camino a la plaza, me encontré a una amiga que me preguntó por lo que estaba haciendo. Me dijo que algo había leído en Facebook, pero quería que le cuente más, así que le expliqué en pocas palabras lo que había hecho en los días anteriores, y lo que iba a hacer ahora.

Por dentro pensaba que ya no llegaría a la hora que quería llegar, pero al llegar me encontré con que había llegado a tiempo, y mi reloj estaba marcando precisamente las 16:16 Hrs cuando empecé a derramar el agua en la Fuente. Curiosamente, 4 niñas llegaron entonces con sus padres a sacarse fotos en el Monumento, mientras yo rodeaba lentamente la fuente para arrojar en ellas las piedras.


Al principio, no me fijé en el número. Sólo esquivé a las niñas, mientras me encontraba concentrado en mi labor de arrojar las piedras sobre la parte interior de la Fuente. Fue al terminar que me di cuanta que eran 4 niñas, y esto me hizo reflexionar, además, en las 4 hermosas chicas norteamericanas que habían subido al microbús el día anterior.


EL MONTE DE LA SALVACIÓN

Al atardecer, me encaminé hacia el Cerro Ten-Ten.


Cuenta la leyenda que, hace miles de años —yo diría el 10.178 AEC, el año en que los científicos Allan y Delair fijan el último desplazamiento de los Polos Terrestres —, las Grandes Serpientes Koikoi FilúKaikai Vilú), y Trengtreng FilúTenten Vilú), se enemistaron, y provocaron el Gran Cataclismo que dio origen a las miles de islas del Sur de Chile.

Kaikai, la Serpiente de Mar, comenzó a inundar las tierras, para ahogar a la Humanidad, mientras Tentén, la Serpiente de Tierra, comenzó a elevar tierras, creando cerros y montes, para salvar aunque sea a algunos humanos de la destrucción. En honor a Tentén, los sobrevivientes habrían dado su nombre a los cerros en donde recordaban haber sido salvados.

Uno de estos cerros, que bien podríamos llamar Monte de la Salvación, se encuentra en la ciudad de Castro, y hacia allá me dirigía.

Vi una extraña cruz nueva en la entrada de la ciudad, que tenía una virgen y le saqué unas fotos.


Caminé un buen rato, y cuando empezaba a subir el cerro, me dio mucha calor, pues andaba con ropa de invierno, pero el aire estaba tibio. Finalmente, hice dedo a un vehículo que iba subiendo, y éste se detuvo, para llevarme a la entrada del Mirador del Ten-Ten, la cima del cerro.

Eran las 20 Hrs, pero el cielo aún se veía claro. Cinco chicos tomaban cerveza, y contaban sus anécdotas universitarias. Descansé un rato, porque estaba muerto de calor, y luego subí hasta lo alto del cerro, para tomar fotos de la ciudad.

Vi varios autos estacionados, y una chica en buzo saltando como loca en un asiento delantero de uno de ellos, y mirando hacia la parte de atrás del auto. Rápidamente, me di vuelta para tomar las fotos a la ciudad, haciendo como que no vi nada. «Tal vez no es lo que pensé, pero si lo es, sólo vine a tomar fotos de la ciudad», pensé.


Al terminar mis fotos, miré hacia el auto de nuevo para salir de dudas, y vi a la misma chica poniendo la parte de arriba del buzo que llevaba la vez anterior que miré, como cortina en la ventana de atrás del auto. «¡Sí es lo que pensé!», me dije, y me alejé rápidamente cuesta abajo.

Me situé más abajo que los chicos cerveceros, y me recosté sobre un tobogán para mirar el cielo. Todavía no se veían las estrellas. Por fin, como a las 20.15 Hrs, los cerveceros se fueron en sus automóviles.

A las 20:20 Hrs, vi aparecer las primeras estrellas. Cerré los ojos, y visualicé el Pliegue Cósmico que debía estarse formando en el Sajama. En breve, me sentí conectado, y sentí que la parte superior de mi cabeza se iluminaba y sutilizaba.

Una sustancia de luz, semejante a un fuego líquido frío, entraba en mi cabeza, en forma de «V», hasta mi Tercer Ojo, transformándolo todo. Aproveché esta sensación, para visualizar esta «V» como un libro abierto, cuyas páginas se estaban llenando con la información del Cristal de Anrrom.

También me visualicé dentro del Cristal, y luego éste dentro de mi pecho, fundiéndose y engranándose con una Estrella Tetraédrica de Cristales instalados ahí hace 12 años en otra experiencia, que sería largo de contar.

Estaba en éxtasis, sintiendo dicha y paz. Cuando sentí el trabajo concluido, abrí relajadamente los ojos, y vi dos luces amarillo- anaranjadas que se desplazaban juntas por el cielo —en medio de otras estrellas que permanecían blancas y quietas—, como si pertenecieran a un mismo objeto. A medida que las luces se desplazaban, se iban fundiendo en una sola luz, que fue pasando al blanco, y luego desvaneciéndose, hasta desaparecer.

Me dirigí hacia lo alto del cerro y, tal como imaginaba, no había nadie. Motivado por el «Ovni» avistado, pensé en cantar el mantra «Rahma», que usan algunos Contactados, o algo así. Finalmente, decidí cambiarlo por el mantra ANRROM.

AAAAAAAANNNNNNNNNN - RRRRRRRRRROOOOOOOOOOOOMMMMMMMMM

Lo canté 7 veces y, al terminar, se acercó un automóvil.

Me moví cerro abajo, y me acordé del mantra SOLIN SALA RA, que un amigo me enseñó, asegurándome que, al usarlo, se pueden ver Naves Extraterrestres. Podía hacerlo en voz baja o mentalmente, mirando el cielo. Del auto se bajó una pareja, y sentí sus voces. Pero pronto se fueron, al ver que yo seguía ahí.

Subí de nuevo a lo alto del cerro, y me puse a cantar el SOLÍN SALA RA en voz alta.

SSSSSSSSSOOOOOOOOOOOOOOO - LIIIIIIIIIIIINNNNNNNNNNNNNNN
SSSSSSAAAAAAAAAAAAAAAA - LAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
RRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA


Pensé en cantarlo 7 veces, pero al terminar la quinta, llegó otro auto, esta vez lleno de jóvenes muy risueños, que se rieron aún más al ver que un tipo echado sobre el pasto, de pronto levantaba la cabeza.

Me fui cerro abajo, y me puse a hacer la Cadena del Amor, en honor a Jesús, que se estaría apareciendo en el Sajama. Se dice que el propio Jesús reveló este sencillo ejercicio a una dueña de casa chilena en 1981, para despertar la capacidad de amar propia, y de los demás.

Es un ejercicio que puede hacerse en cualquier momento, pero que generalmente se hace a las 21:30 Hrs (ya casi era hora), y que consiste en enviar sentimientos de amor silenciosamente, a todo el mundo.

Entonces, me senté en la escalera de la entrada al Mirador, cerré los ojos, respiré hondo, y comencé mi Cadena:
«TE AMO, JESÚS».
«TE AMO, TIERRA».
«TE AMO, HUMANIDAD».
Seguí enviando Amor a los jóvenes que reían arriba mío, y a todas las personas que pasaron por mi mente. Luego de unos 10 mins, sentí que ya era suficiente.

Me pareció que, en el fondo, estaba intentando forzar una nueva experiencia, la cual, evidentemente, ya no se iba a producir; y además, ya me sentía dichoso y en paz. En paz, entonces, caminé cerro abajo, hasta que pasó otro joven en automóvil, al que le dice dedo, y me llevó hasta la ciudad.

Debí imaginar que aquella noche de Viernes, el cerro iba a estar continuamente concurrido por jóvenes, con apetitos etílicos y sexuales. Pero, así y todo, logré tener una pequeña experiencia mística en aquellos 30 minutos, o algo así, en que pude estar solo en el cerro.

(Nota Mental: No sería buena idea volver a este lugar para esperar el amanecer de la Nueva Era la noche del 21 de Diciembre, que también caerá en un Viernes).

Esta nota de prensa la encontré ahora, mientras terminaba este artículo:


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