martes, 9 de octubre de 2012

Quemchi y la Cueva de los Brujos

Por Xentor Xentinel


Era el 23 de Septiembre del 2012...

Al día siguiente, sería el primer Encuentro Harwitum oficial en Chile, en la ciudad de Puerto Montt, y todavía me quedaba pasar por dos Ciudades-Chakras de Chiloé: Quemchi, correspondiente al Sexto Chakra o Tercer Ojo; y Ancud, correspondiente al Séptimo Chakra, la Coronilla.

Tenía dos amigos en Ancud, pero ninguno de ellos estaba en condiciones para ofrecerme alojamiento en ese momento, y tampoco quería gastar dinero en ello. En Puerto Montt, sí tengo familiares donde alojar. Tendría que pasar rápidamente por Quemchi y Ancud, para luego llegar a Puerto Montt el mismo día.

En la mañana fui a preguntar a qué hora salía el bus a Quemchi, y me dijeron que a las 16 Hrs. Tendría mucho tiempo para preparar el viaje, pero casi nada para hacer lo que quería en las ciudades a las que tenía que ir.

Se me ocurrió que sería buena idea llevarle a Matías agua y piedras de Chiloé, para que distribuyera por las Ciudades-Chakras de Chile. Lo ideal hubiera sido llevarle agua y piedras tomadas directamente de la Cueva de la Pincoya, pero ya no me quedaban.

Entonces, decidí que iría a buscar agua de la Fuente de la Pincoya, donde hacía dos días había derramado agua tomada junto a la cueva... De este modo, el agua recogida allí tendría algo de la esencia del agua recogida directamente en el lugar. Dicho de otro modo, contenía el agua de la Cueva de la Pincoya, «en dosis homeopáticas».

En cuanto a las piedras, decidí llevarle unas piedras que había recogido unos meses atrás en la playa de Rahue, a pocos kilómetros al sur de la Cueva de la Pincoya, en Chanquín.

En Rahue, con mi hermana y una amiga de ella. Julio del 2012.


LAS PIEDRAS DE RAHUE

Según la leyenda local, en Rahue, una mujer de similares características a la Pincoya —una hermosa mujer desnuda, blanca, de largos cabellos rubios y ojos claros—, salía de otra cueva, para nadar en otra laguna, en Rahue.

Igual que en el caso de la Pincoya, ella nadaba hasta el centro de la laguna, de donde emergía algo dorado, en donde ella se sentaba. La diferencia era que, el objeto que emergía en Rahue, tenía forma de cono truncado, y no de cilindro, como ocurría en Chanquín.

En fin... La Energía de Rahue era similar a la de Chanquín, y tenían leyendas similares, así que las Piedras de Rahue serían un buen sustituto para las de Chanquín. Llevarían también consigo la Energía Mística Femenina de Chiloé, para ser distribuida por las Ciudades-Chakras de la Espina Dorsal de la Gran Mujer del Cono Sur.

Eché las Piedras de Rahue en una bolsa, y me dirigí al centro, a la Plaza de Armas. Allí, en la Fuente de la Pincoya, llené una botellita con el agua de ahí, y le eché las piedras adentro. Por suerte, todas las piedras eran pequeñas, y pasaron sin problemas a través de la boca de la botellita.


QUEMCHI Y QUICAVÍ

Por fin, a las 16 Hrs (otra vez el número 16), me embarqué en el bus que me llevaría a Quemchi. Pregunté a qué hora llegaba, y me dijeron que a las 17:45 Hrs. Pregunté a qué hora había bus de ahí a Ancud, y me dijeron que a la misma hora, las 17:45 Hrs. Eso sonaba a que, saliendo del bus, tendría que entrar al siguiente, y no alcanzaría a poner un pie en la plaza. Y ni hablar de pasar por Quicaví, donde me hubiera gustado pasar antes de llegar a Quemchi.

Quicaví, ubicado unos 30 Kms al sur de Quemchi, era la zona donde estuvo la famosa Cueva de Quicaví, donde se reunían los Brujos de Chiloé, los de la Logia de La Recta Provincia, fundada en base al Libro de Magia regalada por Moraleda a Chilpila por el año 1790. Quicaví era parte también del Tercer Ojo de Chiloé. Así, pues, tenía mucho sentido que los llamados Brujos de Chiloé se reunieran en esa zona...

Pero Quemchi también tenía lo suyo. Aparte de Quellón, Quemchi era otro de los puertos frecuentados por la misteriosa Congregación Friendship en los años 80, 90, y tal vez aún hoy en día. Claro que no tendría mucho tiempo de pasearme por el puerto de Quemchi para tomar fotos, así que sólo saqué algunas apresuradamente desde el interior del microbus, cuando íbamos llegando.

De las fotos tomadas, sólo ésta salió rescatable:


Por suerte, cuando llegó el microbús a Quemchi, vi que el siguiente bus a Ancud aún no llegaba. Esto me daba al menos un par de minutos para hacer lo que tenía que hacer.

Crucé corriendo la pequeña cuadra que me separaba de la plaza, tomé unas fotos apresuradas del lugar, e identifiqué de inmediato el monumento al escritor Francisco Coloane como el centro exacto de la Ciudad-Chakra del Tercer Ojo de Chiloé.


No tenía mucho tiempo para pensar en lo que iba a hacer, pero mientras tomaba las fotos, tuve una idea y la apliqué de inmediato: Como el Correcaminos, pasaría corriendo veloz alrededor del monumento, visualizando que una estela de Luz Violeta (color del Chakra), lo cubría para luego expandirse desde ahí al resto de la ciudad y la zona...

El monumento mencionado, estaba rodeado de dos círculos, así que corrí dándole dos vueltas, la primera por el círculo exterior, y la segunda por el interior, visualizando la estela de Luz Violeta saliendo de mí, que luego se expandiría por toda la ciudad y la zona, formando un gigantesco Ojo Único.

Antes de que me acusen de «Illuminati» por andar visualizando Ojos Únicos expandiéndose por un territorio, tengo que decir que el Ojo Único es, en realidad, un símbolo del Tercer Ojo. No lo inventaron los Illuminati de la nada. Ellos honran el Tercer Ojo, como lo hicieron los antiguos egipcios y otras culturas, sólo que ellos usan los Conocimientos y Poderes obtenidos de él para el Mal. No significa que el Tercer Ojo, o el símbolo del Ojo Único, sean intrínsecamente malvados.

Cuando terminaba la segunda vuelta, vi pasar el microbús por la plaza, y corrí más veloz aún para tratar de alcanzarlo. En pocos segundos, crucé la plaza y estaba en la calle, corriendo y agitando los brazos, detrás del bus. El conductor parecía no verme, y continuaba su marcha.

Grité: «¡HEY!», dos o tres veces, con la voz más potente que recuerde haber oído salir de mi garganta y, por fin, vi el bus detenerse en la siguiente esquina. Entonces, me subí.

Una vez que me recuperé dentro del microbus del acaloramiento que tenía, noté que la presencia femenina adentro era notoriamente superior a la masculina. Las conté, y resultaron ser 13, mientras que hombres, seríamos unos 4. Curiosamente, los antiguos Brujos de Chiloé, se reunían en Logias de 13 Brujos.

Esto podía ser una Sincronía que el Universo me presentaba para hacerme reflexionar: mientras que en los últimos Siglos, las «Artes» de la «Brujería» en Chiloé, estaban dominadas por hombres, ahora, tal vez, sería de un mayor protagonismo femenino... O incluso, exclusivamente femenino, en algunos casos.

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